Posiblemente, si lees a menudo, ya hayas probado alguna vez a leer en digital (tablet, libro digital o directamente desde un ordenador). Si es así, habrás podido comprobar las ventajas y desventajas de cada sistema. Es más, seguramente ya tendrás una opinión formada sobre lo que te gusta más y te habrás posicionado en un bando o en el otro.
Quien sigue adorando leer libros en papel disfruta del tacto, del olor o de poder hacer anotaciones en los bordes. Disfruta de poder llevar el libro a cualquier parte y leer sin problemas de batería o de reflejos.
Muchos amantes del papel, con el tiempo han probado con el digital y se han rendido a sus comodidades. Tener todos los libros en uno solo, no depender de una luz externa o no necesitar espacio físico para guardarlos son algunos de los detalles que han hecho cambiar de bando a muchos lectores, incluso a los más reticentes.
Posiblemente muchas personas, entre las que me incluyo, se han rendido a las maravillas del libro digital pero aún sienten esa pasión ciega por los libros en papel. Ir a una librería, ver las portadas, curiosear y ojear las ilustraciones es una de las cosas que más me gustan.
Aunque yo me he rendido a los encantos del digital, no lo puedo negar, siempre que termino un libro que me ha gustado mucho me da pena no tenerlo en papel.
Yo me cambié de bando por el ahorro de espacio y de dinero, por la disponibilidad inmediata y como no, porque es más ecológico al tener que imprimir menos papel y por tanto generar menos desperdicios.
O al menos eso era lo que pensaba antes.
En realidad no me había parado a pensar mucho en el tema pero, ¿realmente es más ecológico?
Aunque a primera vista nos parece que el formato electrónico es la opción ideal para reducir nuestro consumo de papel, reduciendo así las emisiones de CO2 y evitando la tala de árboles, lo cierto es que los dispositivos electrónicos tienen un efecto medioambiental negativo desde su fabricación, mientras los usamos y al deshacernos de ellos.
Está claro que todo tiene una huella medioambiental, por ejemplo, la huella de carbono de un libro es aproximadamente de 7,5 Kg de CO2. Y la fabricación de un ebook aproximadamente de 130 kg de CO2.
Pero los números son relativos. Depende un poco de la cantidad de libros que leemos y del uso que le damos, si los compramos nuevos o de segunda mano o si los cogemos prestados de bibliotecas, variará mucho la huella que generamos con nuestro uso.
Creo que la opción mas sostenible con el medio ambiente está relacionada con la cantidad de libros que lee cada uno.
Si lees poco, el libro en papel generaría menor impacto.
Si lees muy a menudo, el libro electrónico sería la mejor opción.
También puedes optar por compaginar ambos sistemas, disfrutando de las ventajas de los dos formatos e intentando tener en cuenta algunos detalles como:
- ·> Si ya tienes un libro electrónico, úsalo y aprovéchalo todo lo que puedas y cuando ya no sirva, recíclalo.
- ·> Si compras libros en papel, busca que tengan el sello FSC que garantiza que el papel viene de plantaciones gestionadas de manera responsable y comprometida con el medio ambiente. Un dato curioso: En 2003, J. K. Rowling se puso al frente de una campaña para cuidar los bosques del planeta, cuando se enteró de que los libros de Harry Potter publicados hasta entonces habían exigido derribar 6,5 millones de árboles. Desde entonces, todas las ediciones de la saga se editaron con papel reciclado.
- ·> Busca en bibliotecas o mercados de segunda mano antes de comprar nuevos libros.
- ·> Presta, regala o dona los que ya leíste. Acumularlos en casa te dedicará mucho espacio y tiempo innecesario. Recuerda: Simplifica.
Y aunque nuestras pequeñas acciones no vayan a tener la repercusión de las de J.K. Rowling, piensa en la repercusión de las pequeñas acciones de millones de personas como tú y como yo.
Hasta aquí mi post de hoy. Si tienes cualquier pregunta o quieres compartir tu propia experiencia conmigo puedes dejarla en los comentarios del post, me encantará leerte.